La Inteligencia Artificial (IA) hace referencia a la capacidad
que tienen las máquinas para realizar acciones exclusivas del intelecto humano.
Esta tecnología funciona en muchos artefactos y dispositivos que imitan el
razonamiento de las personas y son utilizados de forma cotidiana.
La IA funciona con algoritmos que ejecutan procesos y
resuelven problemas a partir de la introducción de datos públicos provenientes,
en su mayoría, de la interacción de las personas con la tecnología y datos
oficiales ofrecidos por instituciones públicas y privadas.
Las grandes cantidades de datos que alimentan la IA se producen como resultado de interacción en las redes sociales, búsquedas en Internet, recorridos de trayectos con GPS, entre otras acciones. Este contenido es procesado a través del big data y se convierte en información de valor utilizada por empresas para tener un perfil de sus clientes, predecir su comportamiento y ofrecerles atención personalizada.
¿Qué tecnologías surgen gracias la Inteligencia Artificial?
Las cualidades de IA son implementadas en otras
tecnologías que tienen la finalidad de incrementar la eficiencia de las
empresas y hacer más cómoda la vida de las personas.
Una de ella es la RPA (Robotic Process Automation o
Automatización Robótica de Procesos), conocida como un software o bot utilizado
para automatizar tareas digitales repetitivas a partir de una configuración
determinada. Los bots son intuitivos y capaces de aprender e imitar acciones
digitales de los seres humanos: adjuntar archivos, copiar y pegar, interactuar
en redes sociales, iniciar sesión en páginas, analizar correos electrónicos,
hacer cálculos, imprimir documentos, escribir mensajes en chats, extraer datos
web y datos no estructurados, etc.
Además, poseen adaptabilidad hacia diferentes interfaces; por lo tanto,
las empresas que deseen implementarlos no deben cambiar sus sistemas, programas
o aplicaciones. Estos atributos convierten a la RPA en un mecanismo ideal para
incrementar la competitividad de las empresas y permitirles aprovechar el
talento de su personal para la realización de tareas más complejas.
Otra tecnología utilizada con la Inteligencia Artificial es el Internet
de las Cosas (Internet of Things - IoT), la cual se refiere a la interconexión
de diferentes dispositivos a través de Internet que permite el intercambio de
información clave para detectar patrones de conducta humana, mejorar el
rendimiento de los dispositivos, hacer recomendaciones y ofrecer una grata
experiencia a los usuarios.
El IoT debe su nombre a las numerosas aplicaciones y "cosas"
que abarca esta tecnología. Ésta funciona con un proceso denominado máquina a
máquina (M2M), en el cual no se requiere intervención humana y se produce la
conexión entre dos máquinas a través de WiFi, cable, Bluetooth y otras redes.
Los dispositivos conectados generan grandes cantidades de datos que son
recolectados, procesados y analizados por una plataforma central de IoT.
El resultado de este proceso hace que lo extraordinario forme parte de lo cotidiano. Gracias al IoT es posible que a través de un teléfono móvil se programen artefactos como aires acondicionados, aspiradoras, televisores, neveras, automóviles y cámaras de seguridad para adecuar la temperatura de la casa, limpiar automáticamente, encender o apagar el televisor a horas determinadas, abrir o cerrar las puertas del carro a una gran distancia, emitir alarmas ante la presencia de un intruso, todo tipo de domotica, etc.
¿En qué áreas se aplican la IA, la RPA y el IoT?
Finanzas: gracias a los datos que
maneja, la IA y la RPA es puede evaluar el comportamiento de los mercados,
hacer sugerencias sobre la gestión de activos y prever acontecimientos. Además,
tiene la capacidad de predecir conductas fraudulentas a fin de evitar estafas,
evalúa la solvencia de pago de los clientes y mejora la atención al cliente.
Telecomunicaciones: la evolución de los
teléfonos inteligente va de la mano con la implementación de la IA. Gracias a
esta tecnología, los dispositivos poseen funciones de reconocimiento facial,
huella dactilar y voz, las cuales se utilizan para reforzar la seguridad y
hacer búsquedas en Internet.
Redes sociales: las redes sociales
ofrecen una experiencia personalizada a los usuarios según el contenido que
consumen frecuentemente. Los anuncios publicitarios y las notificaciones que
ofrecen Facebook, Twitter e Instagram se envían tomando en cuenta las
búsquedas, me gusta y comentarios hechos por las personas.
Navegación en la web: los buscadores web
hacen recomendaciones y sugerencias, de acuerdo a las preferencias de los
internautas. Esto es posible porque, gracias a la IA, son capaces de
anticiparse a las búsquedas de los internautas con base en sus exploraciones
anteriores.
Chatbots: la RPA es ideal para
la interacción con clientes que deseen aclarar dudas y resolver problemas
sencillos. Los bots y robots tienen la capacidad de comunicarse en diferentes
idiomas y atender consultas.
Salud: la interconexión de
aparatos de salud permite recopilar datos del estado de los pacientes y
transferirlos a los especialistas del área. De esta forma se evita que los
pacientes deban acudir de forma presencial a las consultas médicas.
Agricultura: sistemas inteligentes
de riego acompañados de información meteorológica y sobre los suelos son
herramientas utilizadas por los agricultores para decidir la forma en que
trabajarán la tierra.
Seguridad industrial: al asegurar la
eficiencia de procesos y el buen funcionamiento de las máquinas, el IoT
contribuyen a la reducción de costos, disminución de accidentes laborales y
optimización operativa.
Automovilismo: en el ámbito
automovilístico, el IoT ofrece a los vehículos cámaras y sensores de movimiento
que facilitan y mejoran la conducción. Para el futuro, se trabaja en el
desarrollo de la conducción automática de vehículos que vayan a cualquier lugar
tras recibir una indicación. También se contempla la interconexión de redes de
vehículos en tiempo real para circular de forma ordenada y evitar accidentes de
tránsito.
Ciudades inteligentes: con el IoT es posible transformar las ciudades y resolver problemas cotidianos de sus habitantes como la congestión del tráfico y la criminalidad.
La tecnología, la ética y la moral
El uso de tecnologías que trabajan con información privada de los
usuarios exige que exista una conducta ética y moral por parte de las empresas.
En ese sentido, las compañías que utilizan IA, RPA e IoT deben regirse por principios
fundamentales como:
- Garantizar que los robots no puedan hacer daño a las personas. Éstos deben diseñarse y emplearse para beneficiar a la sociedad.
- La no generación de vínculos emocionales entre las máquinas y las personas.
- El diseño de bases de datos no sesgadas, con el fin de que no exista discriminación hacia ningún grupo humano.
- La implementación de un marco legal que defina los deberes de las máquinas.
El elemento ético es indispensable a la hora de poner en marcha
cualquier tecnología; el tener como premisa que ésta debe contribuir al
desarrollo de la humanidad y no puede responder a los intereses de grupos
minoritarios. En ese sentido, los avances del sector tecnológico deberían
traducirse en progreso social.
Autor: José Antonio Schmucke / Fundador y director de Ab4cus Tecnología C.A
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