Un nuevo cristal inteligente
desarrollado en la Universidad Técnica de Kaiserslautern (Alemania) puede abrir
las puertas a una nueva generación de cámaras de fotos inspiradas en el ojo
humano.
Los
fabricantes de móviles han librado una batalla por mejorar y equiparar la
calidad de las cámaras de sus smarthphones a las profesionales; reto que podría
incrementar el coste final o la distribución de los componentes en el interior
del teléfono.
Según
el último número de la revista Journal
of Optics, el dispositivo bautizado como "micro-iris" es un equivalente electroquímico al diafragma de
la cámara de fotos, que suele ser una serie de hojas que se superponen
haciendo más grande o más pequeño el espacio por el que pasa la luz a través
del objetivo. Este novedoso desarrollo, implica
un bajo consumo de energía y una sencilla integración en teléfonos cada vez
más planos y discretos.
En
el ojo humano, el iris controla el tamaño de la pupila y, por tanto, la
cantidad de luz que alcanza la retina. En el caso de la cámara de fotos, el funcionamiento es similar aunque con componentes
artificiales. Pero el diafragma
mecánico tiene una limitación clara a la hora de minimizar su tamaño. Por esta razón, investigadores de la Universidad
de Kaiserslautern, pensaron en un método alternativo y desarrollaron un cristal inteligente con aplicaciones muy interesantes.
"Un
iris es la única parte de un sistema óptico que puede regular y ajustar la
profundidad de foco. Mediante la implementación de un iris en la cámara de un
smartphone estaríamos ampliando bastante la funcionalidad de la cámara,
incluyendo un control de esa profundidad de enfoque. Hasta el momento no existe un dispositivo similar que pueda ser
integrado en un aparato pequeño sin acarrear importantes desventajas",
explica Tobias Deutschmann,
estudiante de doctorado en la mencionada cada de estudios y autor principal de la
investigación.
El
diafragma electroquímico, diseñado por este grupo de científicos, permite
transformar el cristal de traslúcido a opaco cuando una pequeña corriente
eléctrica pasa a través de él. Se trata de dos capas muy finas que se
superponen y cuentan “PEDOT” un
material electrocrómico. En total su grosor
es de unas 55 micras y se vuelve
opaco aplicándole una corriente de apenas 20 microamperios, con un voltaje
de 1,5 V.
Deutschmann
cree que, una vez desarrollada esta
tecnología en la producción en cadena de los móviles, disminuiría los
costos de los lentes, un elemento que sin duda es indispensable en un
celular.
En
una posible comparación del consumo
eléctrico entre los dispositivos actuales
mecánicos y esta nueva tecnología,
el autor del artículo considera que "es un punto irrelevante frente al
logro de introducir el iris en la cámara. En cualquier caso, las necesidades
energéticas serán mínimas", asegura.
Fuente:
Eleconomista.com
Publicado: 03/07/2014
Publicado: 03/07/2014
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